El bambú es una planta oriental que crece en el agua, y que en la actualidad podemos hallar también en muchos ámbitos occidentales. Podríamos decir que ha empezado a formar parte de nuestra cultura, en el sentido de que lo consideramos un símbolo del mundo oriental y de nuestra manera de verlo.
Mis lazos con Oriente proceden de mi juventud, ya que entonces convivía con mucha frecuencia con gente vinculada y estrechamente interesada por el modo asiático de ver y de entender las cosas. Después viajé a Asia varias veces y pude conocer sus paisajes y costumbres.
El bambú no es solamente una planta comestible, sino que adorna los jardines. Yo he tratado de representar desde perspectivas diferentes su encanto, basándome en la percepción directa y en las imágenes que conservo de éste. He trabajado en diversas técnicas: cerámica, dibujo, grabado, pintura y fotografía, con el fin de conseguir resultados diversos. Las hojas o el tronco, los detalles o el concepto, los contrastes lumínicos, las texturas, los tonos reales y posibles. En resumen, algunas percepciones sobre el mismo.
“Representacions sobre el bambú” es un trabajo realizado durante los años 2002 y 2003 en diversos soportes y procedimientos: dibujo, cerámica, grabado y fotografía. Consiste en la plasmación de las percepciones (fruto de la observación directa y también de las imágenes del recuerdo) sobre el bambú. De hecho parto de los planteamientos propios de la filosofía contemporánea que se fundamentan en la visión parcial y fragmentada que tenemos de las cosas, la cual recibe el nombre de perspectivismo y se basa en la secuencialidad espacial y temporal. Siempre y en cada momento captamos estas de un modo determinado y no de otro; lo hacemos desde un punto de vista concreto, tanto si nos referimos a una imagen observada, como a una construida en nuestra mente. Por lo tanto sea cual sea el origen de la representación que tenemos en nuestra conciencia, la suma de estas observaciones o imágenes – conseguidas en una etapa de tiempo mesurable- nos da una percepción más completa de un objeto, la cual no tendríamos si nos limitáramos a una de estas percepciones, o bien sólo a uno de los ámbitos de la representación plástica (grabado, cerámica, etc...). Este aspecto fragmentario lo hallamos expresado en todas las piezas, si bien es en las composiciones fotográficas donde se puede observar más claramente. Las fotografías han estado enmarcadas de dos en dos, y ninguna de las dos partes nos da nunca una visión completa y ajustada de la planta, son siempre el fruto de descripciones parciales.
En primer lugar he diseñado los dibujos preparatorios para la cerámica: “Bambú tronco y hojas”, los cuales han sido coloreados y tratados con carboncillo, pastel, etc... También hay otros dibujos: uno a lápiz que consiste en una ampliación fotográfica, y el otro ha sido efectuado con carboncillo y se inspira igualmente en la planta de bambú.
En cuanto a los seis grupos de cerámicas, cada uno consta de diez partes enmarcadas en dos secuencias de cinco. Primero elaboré las de tono claro en barro refractario y óxido de hierro, concretamente las tituladas: “Bambú, tronco y hojas”, “Bambú y flor de loto”. Después las otras cuatro: “Bambú, tronco y hojas grandes”, “Bambú y nymphaeas”, “Bambú, nacimiento y muerte”, y “Bambú y viento”, confeccionadas en barro refractario y óxido de manganeso.
Las fotografías, efectuadas con diversos tipos de cámara, comportan un análisis técnico que no se manifiesta en los resultados, pues las obras creadas en los diversos medios han sido mezcladas. El objetivo consiste en mostrar los pequeños detalles de una planta: las hojas, el tronco, ubicada dentro de un jarro, junto a una baldosa en la que se ha trasplantado el mismo tema del bambú, etc.. Son lo que podríamos llamar “bodegones contemporáneos” o reinterpretaciones. Pero quiero ir más allá de los aspectos formales. Las obras no sólo nos hablan de otra cultura, sino del modo de aproximarnos a ésta mediante la revisión de uno de sus aspectos: el bambú, el cual destacamos los occidentales de Oriente, si bien deberíamos plantearnos cual es el motivo por el que esta planta ha adquirido una significación tan destacada. Sería preciso considerar si realmente tenemos un conocimiento profundo de las cosas y de las otras culturas, o bien si los contenidos que normalmente recibimos a través de los medios habituales son demasiado superficiales y estereotipados. De hecho, tal vez nos resulta difícil el acceso a ciertos aspectos de las culturas ajenas a la nuestra, por motivos de distancia, de lengua, etc... El bambú se ha convertido casi en un símbolo, para el occidental, de la cultura oriental, y muchas personas se han limitado a apropiarse de los aspectos más básicos, sin tratar de llegar a una aproximación más sólida, ni a su significación cotidiana y pictórica. Tal vez es un recurso empleado con demasiada frecuencia. Deberíamos plantearnos también si hemos sabido comprender el valor que tiene esta planta para el hombre oriental, o bien la hemos escogido y exportado como un símbolo representativo sin saber la causa. La hallamos en nuestros comercios y casas como motivo decorativo. Nos gusta. Sabemos que existen muchas variedades de bambú, pero lo vivenciamos de una manera muy distinta a los orientales.
A través de este conjunto de piezas quiero sugerir toda una problemática social implícita y latente. Queremos occidentalizar al emigrante, pero muchas veces no nos interesa saber nada de su contexto de origen.
Asimismo, otro elemento que consta en mi tarea consiste en recordar que algunas personas de nuestra cultura hemos tratado, desde hace tiempo, las variadas maneras de representar las cosas, junto con los recursos plásticos empleados para llevar a cabo esta tarea: la pintura, el dibujo, la cerámica, el grabado. Cada uno tiene sus limitaciones técnicas, pero nos permite un tratamiento y una imagen diferente de la realidad. Estas técnicas constituyen el medio de acercarnos al mundo y de hablar del mismo empleando un lenguaje plástico, que no coincide con el oriental cuando el objetivo consiste en representar el mencionado objeto. En cuanto a mi trabajo se refiere, cuando ya había confeccionado los dibujos, cerámicas y fotografías, probé de desarrollar este tema en otra técnica: el grabado, para ver nuevas posibilidades y resultados.
Aunque el modo de representar los objetos ha ido cambiando a lo largo de la historia, existe una expresión individual y única de aproximación al mundo, en la cual inevitablemente el bagaje cultural asimilado, junto con las propias vivencias personales y sociales nos condicionan la mirada.
En cuanto a lo que se refiere a mi formación, esta tuvo lugar dentro del ámbito de la cerámica y mi introducción en otras técnicas se ha dado con posterioridad. Ha resultado ser el producto de la voluntad de experimentar y hallar nuevas soluciones compositivas y conceptuales que amplíen mi visión plástica de las cosas y me permitan ir más allá de mi formación recibida. He querido excluir la seriación en las piezas cerámicas, recurso bastante empleado en cerámica contemporánea. A pesar de que algunas baldosas muestran esgrafiados parecidos, los motivos no son nunca idénticos. La simplicidad del trazo y de los recursos empleados han sido uno de los objetivos prioritarios que me han motivado. He puesto título sólo a las cerámicas, con el objetivo de revalorizar éstas. Teniendo en cuenta mi tarea y la trayectoria, los dibujos, los grabados y las fotografías, técnicas que también permiten la seriación, no pueden tener tanta importancia dentro de mi trabajo como las obras cerámicas. Tal vez en un futuro si, pero de momento no. Con ello también quiero mostrar las incongruencias y los condicionamientos del mercado, ya que –como todos sabemos- el grabado y la fotografía sobretodo, acostumbran a tener una importancia y un valor muy superior a las creaciones obtenidas mediante el barro cocido. Ni el arte Povera, ni las nuevas propuestas de los años 60 y 70 han conseguido, en muchos casos, erradicar ciertos convencionalismos y hoy, como hace muchos años, el mercado excluye cierto tipo de propuestas, por no considerarlas incluidas dentro del contexto.
CARME RIU DE MARTÍN (Reflexiones sobre mi trabajo después de haber estado mostrado al público, las cuales recogen algunos de los comentarios realizados por los visitantes).